NUESTRA CAPACIDAD DE ADAPTARNOS A CONTINUOS CAMBIOS
Vivimos en una época de cambios, cambios en nuestra rutina laboral, reuniones con familiares y amistades, el tipo de vacaciones, actividades en el tiempo libre, y en relación con esto, el tiempo y modo para la práctica de actividad física.
Durante el periodo de confinamiento, pudimos comprobar que una de las necesidades innatas que nos han surgido es la del movimiento.
Como respuesta a tener que estar entre cuatro paredes, ha aflorado una necesidad en la población de realizar actividad física durante ese periodo. En muchos hogares, incluso en los más inesperados, se han adaptado espacios y se han podido ver diversas maneras de ingeniárselas para poder moverse y realizar actividad física.
Podríamos decir que la actividad física realizada en casa, junto con la búsqueda de socialización a través de nuevas herramientas digitales, ha sido lo que ha caracterizado este cambio en nuestro estilo de vida durante el periodo de confinamiento. Esto, puede estar asociado en gran medida a la gran vinculación que existe entre la actividad física y la vida social en nuestro estado de salud, ya sea físico o mental, ya que ambas se asocian con una mayor prevalencia del estado de salud percibido y con mejores valoraciones en escalas de salud mental subjetivas.
Por todo esto, y ante una situación que amenazaba nuestro estilo y hábitos de vida diaria, se ha utilizado la actividad física como mecanismo para tratar de frenar a esa amenaza, consciente o inconscientemente. Tanto durante el confinamiento, como medio de disfrute y evasión durante el periodo estival.
Pero… ¿hemos sufrido algún cambio en lo que a la práctica y percepción de la actividad física respecta?
LA ACTIVIDAD FÍSICA COMO ELEMENTO SECUNDARIO
En cierta manera, de forma generalizada, gran parte de la población continúa con la tendencia de asociar la actividad física y el deporte a una actividad secundaria y se aborda desde un punto de vista más vinculado al ocio y al tiempo libre, dejándola de lado cuando nos centramos en los aspectos más importantes de nuestra vida (familia, amigos, trabajo, salud, etc.).
Si la práctica de actividad física nos ha servido para mejorar nuestra situación en un momento difícil que nos ha tocado vivir, ¿por qué no utilizarla más en nuestro día a día para mejorar nuestro bienestar?
Es por esto, por lo que deberíamos reflexionar acerca del papel que juega la práctica de la actividad física en nuestro bienestar y darle un papel más importante en el día a día.
LA ADHERENCIA POR LA PRÁCTICA COMO OBJETIVO
Debemos contribuir a inculcar la adherencia por la práctica físico-deportiva en todas las edades, y durante todas las épocas del año, contribuyendo a su vez en una mejora de nuestro sistema inmune, tan valioso hoy en día.